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Mohamed Namou
Trash-Talking: D’où naît une action parallèle
Mohamed Namou
Trash-Talking: D’où naît une action parallèle
Mohamed Namou
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2016
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2016

Trash-Talking: D’où naît une action parallèle

En un primer acercamiento a la muestra de Mohamed Namou, el espectador se enfrenta ante un prominente sentido de dualidad: negro y blanco, liso y áspero, orgánico y artificial —materiales contrastantes, texturas y composiciones montadas, casi silenciosamente, en forma de tableaus. Aquello que parecía tener un velo de plana uniformidad, se expande en una serie de particularidades, convirtiéndose así en una multiplicidad procesal.

Obras de aparentes dimensiones planas flotan en el espacio, denunciando y rechazando sus limitaciones. Los simulados excesos de los soportes, revelan la treta de Namou, al tiempo que permiten que el espectador atraviese las superficies por la puerta trasera. Esta exploración convierte a los tableaus en presencias. Obstáculos escultóricos que, casi bloqueando el camino, comprueban ser sólo una pantalla de algo más.

La obra de Namou presenta múltiples dimensionalidades, que a través de un juego de ecos y dobleces, apuntan a una bifurcación de posibilidades. La obra subraya esa noción de planicie: su paradoja y su inercia.

— ¿Qué no te gusta de las superficies planas?

— Que no existen en el mundo real.

Al acentuar la fragilidad de la liminalidad, las obras se sirven del pliegue como un espacio de potencial puro, creando simultáneamente un escape y una invitación a entrar. El espectador queda rezagado en el punto medio: los bolsillos apuntan a un dinamismo en la imagen, llenos de objetos que se extienden, trascendiendo su superficie para enseñar las venas. Este movimiento de ramificación —un impulso propio—, atrae al espectador hacia nuevas aproximaciones.

La proximidad también amplifica el sentido de contraste que cohabita en la obra, engrosando el terciopelo negro, umbral que se despliega frente al espectador. Las texturas de la obra provocan una perspectiva de profundidad, creando un vacío y su propia fuerza de atracción; no sólo hablan de dicho abismo, sino que conceden también una ilusión de sumersión: un hoyo negro. Demandando contigüidad.

Evocando un corte en el objetivo lineal de la mirada, esta profundidad permite un desplazamiento más allá de la superficie, creando un sentido de futuro anticipado que es abruptamente atravesado, en un esfuerzo pictórico, por una piedra de mármol. Este elemento sólido demuestra, pese a sus líneas puras y definidas, un profundo canto interior expresado en sus venas azules. Interrumpe, como lo hacen los bolsillos, la noción de una presencia definida y apunta de forma mordaz a una división que mantiene al mármol entre la visibilidad y el ocultamiento.

Este proceso de transmutación persiste en la acción intermedia —inter(acción)—, donde como en el argot, los significados son moldeados bajo un formato relacional; el sólido significante abandona su rigidez para ponerse en movimiento, aún cuando la imagen nos abruma en su estático devenir. Rompiendo con la enajenación y sacudiendo el logos, las obras hablan de un exceso moldeable; de la basura que se desecha y la que se decide conservar. El artista funde la solidez de la imagen para transformarla: un corte que sin embargo conecta —delicadamente— lo mecánico con lo orgánico, haciendo que todas las piezas se sumen a un inequívoco inicio.

Trash-Talking: D’où naît une action parallèle

Upon a first glance into Mohamed Namou’s exhibition, one encounters a prominent sense of duality: black and white, smooth and rough, organic and artificial —contrasts of materials, textures and compositions held, almost silently, on the wall in the shape of tableaus. But then, what initially appeared to wear a veil of flatness opens up into an array of details, thus turning into a procedural multiplicity.

Works of apparent flat dimensions hang separate from the wall, nearly floating in space, denouncing and at the same time refusing its limitations. Hanging but superseding its support, Namou puts the trick up for display, allowing the spectator to spear beyond the surface and into the images backdoor. This exploration allows the tableau to become a presence, almost blocking your way, a sculptural obstacle that, once crossed, is proven to be a mere screen for something else.

Namou’s works bear multiple layers of dimensionalities, playing with echoes and folds, pointing to a bifurcation of possibilities. And so it is this notion of flatness the work underlines: the paradox and the inertia of it.

— What don’t you like about flatness?

¬— It doesn’t exist in the real world.

Enhancing the fragility of liminality, the pieces draw on the notion of the fold as a space of pure potential, creating at once a way out and an invitation to peek in, hence holding the viewers gaze to linger on an in-between: in a playful manner, the pockets point to a dynamism in the tableaus, themselves filled with extending objects; objects that transcend their surface and show their veins. Because there is indeed movement in this branching out —a drive of its own¬¬—, drawing the viewer towards new approximations.  

Proximity also amplifies the sense of contrast cohabitating in the work, thickening the velvety black that resembles a threshold, opening itself to the viewer. Creating a void and emphasizing its pull, the works textures provoke a perspective of deepness. Textures that not only speak of such abyss but also allow for the illusion of submersion: a black hole. Demanding contiguity.

Evoking a cut in the linear gaze, this depth allows to move past the surface and into a sense of forwardness —of futurity—, only to suddenly be transversed, in a pictorial effort, by a solid element: a stone. A marble whose sleek, clean-cut surface is quickly proven to have yet another side —an inside— running deep in the form of a blue vein. Disrupting, like the pockets do, the notion of a defined perceptible presence, and teasingly pointing to a split that holds the marble in both a space of visibility and one hidden from view.

And in this process of transmutation lingers the inter(action) where, like with slang, meaning is shaped in a relational fashion; where the solid signifier is left behind and placed in transit, in an almost static coming to be. Breaking down estrangement and creating a jolt in the logos, the tableaus speak of a moldable excess; of the trash that is let out and that is readily picked up. Impelling the image and melting out all rigidity in order to transform: a break that nonetheless bridges —smoothly— from mechanic to organic, making all the pieces amount to an unequivocal new beginning.

Trash-Talking: D’où naît une action parallèle

En un primer acercamiento a la muestra de Mohamed Namou, el espectador se enfrenta ante un prominente sentido de dualidad: negro y blanco, liso y áspero, orgánico y artificial —materiales contrastantes, texturas y composiciones montadas, casi silenciosamente, en forma de tableaus. Aquello que parecía tener un velo de plana uniformidad, se expande en una serie de particularidades, convirtiéndose así en una multiplicidad procesal.

Obras de aparentes dimensiones planas flotan en el espacio, denunciando y rechazando sus limitaciones. Los simulados excesos de los soportes, revelan la treta de Namou, al tiempo que permiten que el espectador atraviese las superficies por la puerta trasera. Esta exploración convierte a los tableaus en presencias. Obstáculos escultóricos que, casi bloqueando el camino, comprueban ser sólo una pantalla de algo más.

La obra de Namou presenta múltiples dimensionalidades, que a través de un juego de ecos y dobleces, apuntan a una bifurcación de posibilidades. La obra subraya esa noción de planicie: su paradoja y su inercia.

— ¿Qué no te gusta de las superficies planas?

— Que no existen en el mundo real.

Al acentuar la fragilidad de la liminalidad, las obras se sirven del pliegue como un espacio de potencial puro, creando simultáneamente un escape y una invitación a entrar. El espectador queda rezagado en el punto medio: los bolsillos apuntan a un dinamismo en la imagen, llenos de objetos que se extienden, trascendiendo su superficie para enseñar las venas. Este movimiento de ramificación —un impulso propio—, atrae al espectador hacia nuevas aproximaciones.

La proximidad también amplifica el sentido de contraste que cohabita en la obra, engrosando el terciopelo negro, umbral que se despliega frente al espectador. Las texturas de la obra provocan una perspectiva de profundidad, creando un vacío y su propia fuerza de atracción; no sólo hablan de dicho abismo, sino que conceden también una ilusión de sumersión: un hoyo negro. Demandando contigüidad.

Evocando un corte en el objetivo lineal de la mirada, esta profundidad permite un desplazamiento más allá de la superficie, creando un sentido de futuro anticipado que es abruptamente atravesado, en un esfuerzo pictórico, por una piedra de mármol. Este elemento sólido demuestra, pese a sus líneas puras y definidas, un profundo canto interior expresado en sus venas azules. Interrumpe, como lo hacen los bolsillos, la noción de una presencia definida y apunta de forma mordaz a una división que mantiene al mármol entre la visibilidad y el ocultamiento.

Este proceso de transmutación persiste en la acción intermedia —inter(acción)—, donde como en el argot, los significados son moldeados bajo un formato relacional; el sólido significante abandona su rigidez para ponerse en movimiento, aún cuando la imagen nos abruma en su estático devenir. Rompiendo con la enajenación y sacudiendo el logos, las obras hablan de un exceso moldeable; de la basura que se desecha y la que se decide conservar. El artista funde la solidez de la imagen para transformarla: un corte que sin embargo conecta —delicadamente— lo mecánico con lo orgánico, haciendo que todas las piezas se sumen a un inequívoco inicio.

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' knw, we don't have the same mum
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Aluminum, velvet, cotton

67.13 x 59.06 x 1.57 in

Aluminio, terciopelo, algodón

170.5 x 150 x 4 cm

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, 2016

Fiou!!!, T' vv
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2016

Marble, pigment, epoxy, velvet

67.13 x 59.06 x 1.57 in

Mármol, pigmento, resina epóxica, terciopelo

170.5 x 150 x 4 cm

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pour M.A.
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2016

Marble, pigment, epoxy, velvet

67.13 x 59.06 x 1.57 in

Mármol, pigmento, resina epóxica, terciopelo

170.5 x 150 x 4 cm

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Ahah T.T pete
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Marble, pigment, epoxy, velvet

67.13 x 59.06 x 1.57 in

Mármol, pigmento, resina epóxica, terciopelo

170.5 x 150 x 4 cm

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