NOW ON VIEW
ROOM SHEET
Lucinda Urrusti
Lucinda Urrusti
Lucinda Urrusti
Lucinda Urrusti
Lucinda Urrusti
/
04
.
04
.
2019
01
.
06
.
2019

Lucinda Urrusti: “La emoción materializada y tangible”

por Carlos E. Palacios

Para la historia contemporánea de la pintura en México, la obra de Lucinda Urrusti (Melilla, Marruecos Español, 1929) se presenta bajo la sombra de una paradoja y si se me apura, como un problema de interpretación. No deja de ser sorprendente que, entre la literatura crítica alrededor de su pintura, el abordaje de la mayoría de sus autores sea literario, orientado hacia una adjetivación en torno a sus destrezas técnicas o sobre los dos géneros más reconocibles de su obra como son el bodegón y el retrato.

Sin embargo, esto es sólo una de las facetas más identificables de este trabajo “excéntrico” de la historia de la pintura del siglo XX mexicano. Y digo excéntrico en el sentido geométrico de la palabra, a saber: de una obra que está fuera del centro de las tendencias de su tiempo y que, en consecuencia, gira en torno a un punto diferente.

Las piezas más relevantes de esta artista son las que orbitan alrededor de una de las experiencias pictóricas canónicas de la segunda mitad del siglo XX como es el informalismo. Me parece que el único que intuyó este aspecto informalista en la pintura de Urrusti fue Salvador Elizondo, precisamente el autor más heterodoxo e “informalista” de la literatura mexicana. Y lo hace en unas frases impecables: “En las pinturas de Lucinda Urrusti queda la emoción pura de plasmar sobre la tela la forma cumplida tan sólo con la materia plástica y la punta del pincel: La emoción materializada y tangible. No hay datos ni documentación geométrica; nada es abstracto; todo es concreto y real, pero nada es “realista” o demostrable...”.

Es de las más clarividentes reflexiones para entender el informalismo y no cabe duda, las trascendentes piezas informales de Urrusti. Desde la aparición en 1952 de Un art autre de Michel Tapié, la gran apuesta de los pintores y teóricos informalistas fue describir como el arte informal se ubica en un lugar de tensión: la realidad como un trasfondo para la experiencia “matérica”. Lo que Elizondo identifica como la forma cumplida con la pura materia plástica. La forma que no refiere a nada “demostrable”. Como señala el pintor Jean Fautrier: “La realidad debe permanecer en el trabajo, es la materia prima, y la ‘obra viva’ está en la forma”. Algo parecido revela Elizondo de la pintura de Urrusti: Todo es concreto y real pero no realista. Es decir, no describe la realidad. Parafraseándolo, sus obras no quieren demostrar nada, son en sí mismas la pura sensibilidad de la materia.

En este sentido, me atrevo a decir que en el panorama de la pintura contemporánea mexicana, no hay una obra tan estrechamente ligada a la experiencia informal como el núcleo de piezas de Lucinda Urrusti presentes en esta exposición. Una mirada detenida a sus objetos, collages y sus pinturas suponen la confirmación de que esta artista ocupa un lugar privilegiado en una posible reescritura de la pintura mexicana contemporánea. Ajena a las modulaciones de la abstracción (“No hay datos ni documentación geométrica”, nos recuerda Elizondo) o de la experiencia neofigurativa y expresiva de sus compañeros de generación, estas obras se alzan como una de las más arriesgadas apuestas del arte mexicano contemporáneo por valorar la materia como un valor expresivo y autónomo: “La emoción materializada y tangible”.

Lucinda Urrusti: "Emotion Made Material and Tangible"

By Carlos E. Palacios

In the context of the history of contemporary painting in Mexico, the work of Lucinda Urrusti (Melilla, Spanish Morocco, 1929) falls under the shadow of a paradox, and to make a long story short, presents us with a problem of interpretation.  It comes as little surprise that most critics who have written about her painting have taken a literary approach, formulating a litany of adjectives to describe either her technical abilities or the two most recognizable genres in her oeuvre, still life and portraiture.

Nevertheless, these are just some of the most identifiable facets of this "eccentric" work in the history of painting in Mexico during the twentieth century.  I mean "eccentric" in the geometrical sense of the word, namely: work that is off-center in relation to the tendencies of its era, and which thus revolves around a different point.

This artist's most relevant pieces orbit around one of the canonical pictorial experiences of the second half of the twentieth century: l'art informel, rendered as "tachism" in English and informalismo in Spanish.  It seems to me that the only person who sensed the informel aspect of Urrusti's painting was Salvador Elizondo, precisely the most heterodox and "informalist" author in Mexican literature.  And he did so in just a few impeccable phrases: "In Lucinda Urrusti's paintings one finds the pure emotion of capturing the culmination of form on canvas using only plastic material and the tip of the paintbrush: Emotion made material and tangible.  There are neither data nor geometric documentation; nothing is abstract; everything is concrete and real, but nothing is "realistic" or demonstrable…"

This reflection offers a perspicacious understanding of l'art informel and, no doubt, of Urrusti's transcendent "informal" pieces.  Following the publication of Michel Tapié's Un art autre in 1952, tachist painters and theorists put their stakes on describing how l'art informel is situated in a place of tension: reality as a background for "material" experience, which Elizondo identifies as "the culmination of form" using pure plastic matter, form that does not refer to anything "demonstrable."  As the painter Jean Fautrier pointed out, "Reality must endure in the work.  It is the raw material, and the 'living work' is in the form."  Elizondo uncovered something similar about Urrusti's painting: everything is concrete and real without being realistic.  In other words, her work does not describe reality.  Paraphrasing him, her works do not seek to demonstrate anything; they are in themselves the pure sensibility of matter.

In this sense, I would venture to say that within the panorama of contemporary Mexican painting, there is no oeuvre so closely tied to "informal" experience as the core group of Lucinda Urrusti's pieces on display in this exhibition.  A careful view of her objects, collages and paintings will confirm that this artist would occupy a privileged place in a possible rewriting of contemporary Mexican painting.  A stranger to the modulations of abstraction ("There are neither data nor geometrical documentation," Elizondo reminds us) and to the neo-figurative, expressive experience of the rest of her generation, these works stand out as one of the most daring wagers of contemporary Mexican art to value materiality as an autonomous expressive value: "Emotion made material and tangible."

Lucinda Urrusti: “La emoción materializada y tangible”

por Carlos E. Palacios

Para la historia contemporánea de la pintura en México, la obra de Lucinda Urrusti (Melilla, Marruecos Español, 1929) se presenta bajo la sombra de una paradoja y si se me apura, como un problema de interpretación. No deja de ser sorprendente que, entre la literatura crítica alrededor de su pintura, el abordaje de la mayoría de sus autores sea literario, orientado hacia una adjetivación en torno a sus destrezas técnicas o sobre los dos géneros más reconocibles de su obra como son el bodegón y el retrato.

Sin embargo, esto es sólo una de las facetas más identificables de este trabajo “excéntrico” de la historia de la pintura del siglo XX mexicano. Y digo excéntrico en el sentido geométrico de la palabra, a saber: de una obra que está fuera del centro de las tendencias de su tiempo y que, en consecuencia, gira en torno a un punto diferente.

Las piezas más relevantes de esta artista son las que orbitan alrededor de una de las experiencias pictóricas canónicas de la segunda mitad del siglo XX como es el informalismo. Me parece que el único que intuyó este aspecto informalista en la pintura de Urrusti fue Salvador Elizondo, precisamente el autor más heterodoxo e “informalista” de la literatura mexicana. Y lo hace en unas frases impecables: “En las pinturas de Lucinda Urrusti queda la emoción pura de plasmar sobre la tela la forma cumplida tan sólo con la materia plástica y la punta del pincel: La emoción materializada y tangible. No hay datos ni documentación geométrica; nada es abstracto; todo es concreto y real, pero nada es “realista” o demostrable...”.

Es de las más clarividentes reflexiones para entender el informalismo y no cabe duda, las trascendentes piezas informales de Urrusti. Desde la aparición en 1952 de Un art autre de Michel Tapié, la gran apuesta de los pintores y teóricos informalistas fue describir como el arte informal se ubica en un lugar de tensión: la realidad como un trasfondo para la experiencia “matérica”. Lo que Elizondo identifica como la forma cumplida con la pura materia plástica. La forma que no refiere a nada “demostrable”. Como señala el pintor Jean Fautrier: “La realidad debe permanecer en el trabajo, es la materia prima, y la ‘obra viva’ está en la forma”. Algo parecido revela Elizondo de la pintura de Urrusti: Todo es concreto y real pero no realista. Es decir, no describe la realidad. Parafraseándolo, sus obras no quieren demostrar nada, son en sí mismas la pura sensibilidad de la materia.

En este sentido, me atrevo a decir que en el panorama de la pintura contemporánea mexicana, no hay una obra tan estrechamente ligada a la experiencia informal como el núcleo de piezas de Lucinda Urrusti presentes en esta exposición. Una mirada detenida a sus objetos, collages y sus pinturas suponen la confirmación de que esta artista ocupa un lugar privilegiado en una posible reescritura de la pintura mexicana contemporánea. Ajena a las modulaciones de la abstracción (“No hay datos ni documentación geométrica”, nos recuerda Elizondo) o de la experiencia neofigurativa y expresiva de sus compañeros de generación, estas obras se alzan como una de las más arriesgadas apuestas del arte mexicano contemporáneo por valorar la materia como un valor expresivo y autónomo: “La emoción materializada y tangible”.

No items found.

, 2007

, 2007

Naturaleza muerta, blanca y negra
,
2007

Oil on canvas

31.57 x 29.57 x 1.5 in

Óleo sobre lienzo

80.2 x 100.5 x 3.8 cm

, 2012

, 2012

Naranja y gris
,
2012

Oil and collage on canvas

36.22 x 47.95 x 2.36 in

Óleo y collage sobre lienzo

92 x 121.8 x 6 cm

, 2014

, 2014

Alambres cafés
,
2014

Mixed media on wood

19.25 x 16.1 x 4.72 in

Técnica mixta sobre madera

48.9 x 40.9 x 12 cm

, 2000

, 2000

Jarrón blanco con flores negras
,
2000

Oil and collage on wood

48.84 x 38.11 x 2.36 in

Óleo y collage sobre madera

126.8 x 96.8 x 6 cm

What’s a Rich Text element?

The rich text element allows you to create and format headings, paragraphs, blockquotes, images, and video all in one place instead of having to add and format them individually. Just double-click and easily create content.

Static and dynamic content editing

A rich text element can be used with static or dynamic content. For static content, just drop it into any page and begin editing. For dynamic content, add a rich text field to any collection and then connect a rich text element to that field in the settings panel. Voila!

How to customize formatting for each rich text

Headings, paragraphs, blockquotes, figures, images, and figure captions can all be styled after a class is added to the rich text element using the "When inside of" nested selector system.