Éxitos humildes
Por Adriana Melchor
Las imágenes que habitan nuestras calles, pero particularmente aquella publicidad vernácula que se diseña para los comercios locales, es la materia prima que Gibrán Turón utiliza para crear e imaginar narrativas que encuentra en su andar por la ciudad. Ya sea a través de apuntes rápidos sobre su cuaderno de dibujo o fotografías que captura en sus trayectos, Turón colecciona un compendio visual y textual de rótulos y de anuncios comerciales, a veces realizados en cartulinas fluorescentes. Éxitos humildes es una exposición que forma parte del ciclo El dilema de unir los puntos, curado por el artista Néstor Jiménez para Proyectos Monclova. En esta muestra, el artista traslada los procesos pictóricos que habitan en los espacios públicos a los muros del cubo blanco.
El mural móvil Amanecer distinto (2024) es una pieza realizada con “strappo”, una técnica de arranque utilizada en la conservación de obras pictóricas sobre muros. Ésta consiste en colocar una tela impregnada de una preparación sobre el muro pintado, la cual le permite adherirse a la capa pictórica sin dañarla, luego se desprende para transferir la obra hacia otra superficie. Con la asesoría de la restauradora Regina Tinajero, Turón traslada en cuatro secciones uno de sus murales “callejeros” para convertirse en una composición libre de pinturas intercambiables de gran formato. Es fácil advertir los rastros del muro en el que fue creado esta imagen, casi de manera arqueológica, esta intervención nos deja imaginar las capas de tiempo del propio soporte que llega ahora a las paredes blancas de la galería.
Vale la pena señalar la importancia del cuaderno de dibujo del artista, pues en él se resguardan todas las primeras versiones de las obras que ahora presenciamos. Se trata de dibujos rápidos o “flashes” que fueron realizados según los registros y experiencias propias de Turón. Muchas veces son restos o testigos de historias cotidianas que se pierden en el ajetreo diario. A su vez, esta colección de trazos inmediatos tiene relación con el trabajo de identidad gráfica que realizó en muros y bardas de algunos comercios locales o residencias de Tepic, Nayarit. Por lo cual, dicho cuaderno es también un catálogo que siempre está listo para ofrecerse a quien necesite de sus servicios publicitarios.
Obras como Fina estampa, Pipa paz, Laguna sin voz, entre otras, están realizadas sobre tela de peyón; un material utilizado en contextos escolares comúnmente empleado para realizar escenografías. De manera accidental, el artista descubrió las posibilidades de esta superficie para adecuar sus piezas a superficies que recrean las condiciones irregulares de los muros. Turón realiza uno de sus dibujos sobre peyón y, casi a la manera del fresco, trabaja en jornadas una capa de pintura en aerosol y grafito que poco a poco va dotando al material de peso y densidad, convirtiéndolo en una superficie totalmente rígida. Aunado a esto, el artista utiliza una gama de colores fluorescentes que nos remiten a las impresiones riso: rosas, verdes, azules; tonos que nos brindan una sensación de brillo artificial. Esta manera de presentar el color está vinculado al trabajo que tiene el artista como ilustrador, pues varios de sus obras y registros fotográficos de la calle han sido publicados de manera autogestiva. Por lo que esta estética de inmediatez, que recuerda a los fanzines, tiene su origen en esta otra vertiente creativa del artista.
La serie Infantiles recupera los anuncios de una peluquería que ofrece cortes para niños. Cada estilo es identificado con un adjetivo: multifacético, incorregible, consentido… Un tipo de personalidad que pareciera puede adquirirse con tan solo portar el tipo de corte. En estas obras advertimos el interés del artista en ofrecer un comentario agudo sobre el alcance de las políticas de consumo y de bienestar alojadas en las estrategias publicitarias de comercios barriales.
En su conjunto, las obras presentadas por Gibrán Turón son instantáneas de momentos de la vida cotidiana, y a la par, extracciones de una cultura visual mezclada por la publicidad vernácula. No obstante, de este gran compendio de imágenes, hay un hilo conductor que teje poco a poco una narrativa. En ella, sus personajes hablan de pequeños triunfos o de momentos en los cuales hay cierta sensación de comodidad o dicha. Esta propuesta pictórica no está interesada en representar pasados gloriosos o conquistas imperiales, como sí lo hizo la pintura académica e histórica de otros siglos.
Cuenta Gibrán Turón que cuando llegó a la Ciudad de México sufrió de un gran estrés que lo enfermó severamente. Sin dinero y sin posibilidades de acceder a servicios médicos, comenzó a identificar los momentos en los cuales más se le desencadenaba ese malestar. Poco a poco mejoró y esto le brindó una gran satisfacción. Saber que podía entender su enfermedad le brindó alivio a él y a su familia; un triunfo pequeño, un éxito humilde sin duda.
Modest Successes
By Adriana Melchor
The images that deck the city streets—in particular that local style of advertising used by small businesses—furnish the raw material Gibrán Turón uses to imaginatively build narratives out of what he encounters on his travels through the city. Jotting down quick drawings in his sketchpad and taking photographs along his path, Turón amasses a visual and textual compendium of shop signs and advertisements, some of which are made on fluorescent cardboard. Éxitos humildes (Modest Successes) is part of a cycle of exhibitions titled El dilemma de unir los puntos (The Dilemma of Connecting the Dots), which is being curated by the artist Néstor Jiménez for Proyectos Monclova. On this occasion, the artist has brought the pictorial processes that characterize public spaces to the walls of the white cube.
Making the mobile mural Amanecer distinto (A Different Dawn, 2024) required the artist to avail himself of the conservation technique called “strappo,” used to detach a wall painting from its original substrate. It involves placing a fabric soaked in a special solution on the painted wall, which enables it to adhere to the picture layer without damaging it, after which it is detached, and the piece transferred onto another surface. Working in consultation with the restorer Regina Tinajero, Turón has transferred one of his “street” murals in four sections, thereby turning it into a free composition of interchangeable large-format paintings. The traces of the wall on which this image was created are clearly visible, almost as if it were an archaeological find. This intervention allows us to imagine the layers of time sedimented in the original substrate, which has now come to adorn the white walls of the gallery.
The importance of the artist’s drawing notebook is worth underscoring, since it contains early versions of all the works on display. These are quick sketches that were made from Turón’s experiences, and for his own recordkeeping purposes. Very often they are residues of or testaments to everyday histories that get lost in the shuffle of daily life. By the same token, this collection of relatively unmediated traces is related to the brand design work he did on the walls and fences of a few local businesses and residences in Tepic, Nayarit. This notebook is thus also a catalog that is always ready to be offered to anyone who might require his advertising services.
Works like Fina estampa (Fine Stamp), Pipa paz (Peace Pipe), and Laguna sin voz (Voiceless Laguna) are made on muslin, a material commonly used in school settings to create backdrops for plays. The artist accidentally discovered the possibilities of this surface for getting his pieces to approximate surfaces that recreate the irregular conditions of walls. Turón makes one of his drawings on muslin and, almost in the manner of a fresco, spends entire days working on a layer of spray paint and graphite that gradually adds weight and density to the material, turning it into a completely rigid surface. In combination with this, the artist uses a range of fluorescent colors reminiscent of Risograph prints: pinks, greens, blues; tones that give a sensation of artificial shine. This way of presenting color is linked to the artist’s work as an illustrator, since he has self-published several of his works and photographic records. As a result, this aesthetics of immediacy, which recalls fanzines, derives from this other aspect of the artist’s creative work.
The series Infantiles (For Children) reclaims ads from a hair salon offering children’s haircuts. Each style is named after an adjective, suggesting the personality type you would acquire—“versatile,” “incorrigible,” “spoiled rotten”—just by having that kind of haircut. These pieces demonstrate the artist’s interest in commenting incisively on the scope of the politics of consumerism and wellbeing embedded in the advertising strategies of small neighborhood businesses.
Taken together, the works presented here by Gibrán Turón are snapshots of moments of everyday life, and at the same time excerpts from a visual culture mixed up by local forms of advertising. Nevertheless, there is a guiding thread through this large compendium of images that gradually weaves a story. Its characters bespeak small triumphs or moments when there is some feeling of comfort or good fortune. This pictorial project is uninterested in representing glorious pasts or imperial conquests, in contrast to the academic and historical painting of previous centuries.
Gibrán Turón has said that when he came to Mexico City, he felt a lot of stress, which led him to fall quite ill. With no money and no access to medical attention, he began to identify the moments when his illness would overtake him. He gradually recovered, which gave him great satisfaction. Knowing that he could understand his illness granted some relief to him and his family—a small triumph, and surely a modest success.
Éxitos humildes
Por Adriana Melchor
Las imágenes que habitan nuestras calles, pero particularmente aquella publicidad vernácula que se diseña para los comercios locales, es la materia prima que Gibrán Turón utiliza para crear e imaginar narrativas que encuentra en su andar por la ciudad. Ya sea a través de apuntes rápidos sobre su cuaderno de dibujo o fotografías que captura en sus trayectos, Turón colecciona un compendio visual y textual de rótulos y de anuncios comerciales, a veces realizados en cartulinas fluorescentes. Éxitos humildes es una exposición que forma parte del ciclo El dilema de unir los puntos, curado por el artista Néstor Jiménez para Proyectos Monclova. En esta muestra, el artista traslada los procesos pictóricos que habitan en los espacios públicos a los muros del cubo blanco.
El mural móvil Amanecer distinto (2024) es una pieza realizada con “strappo”, una técnica de arranque utilizada en la conservación de obras pictóricas sobre muros. Ésta consiste en colocar una tela impregnada de una preparación sobre el muro pintado, la cual le permite adherirse a la capa pictórica sin dañarla, luego se desprende para transferir la obra hacia otra superficie. Con la asesoría de la restauradora Regina Tinajero, Turón traslada en cuatro secciones uno de sus murales “callejeros” para convertirse en una composición libre de pinturas intercambiables de gran formato. Es fácil advertir los rastros del muro en el que fue creado esta imagen, casi de manera arqueológica, esta intervención nos deja imaginar las capas de tiempo del propio soporte que llega ahora a las paredes blancas de la galería.
Vale la pena señalar la importancia del cuaderno de dibujo del artista, pues en él se resguardan todas las primeras versiones de las obras que ahora presenciamos. Se trata de dibujos rápidos o “flashes” que fueron realizados según los registros y experiencias propias de Turón. Muchas veces son restos o testigos de historias cotidianas que se pierden en el ajetreo diario. A su vez, esta colección de trazos inmediatos tiene relación con el trabajo de identidad gráfica que realizó en muros y bardas de algunos comercios locales o residencias de Tepic, Nayarit. Por lo cual, dicho cuaderno es también un catálogo que siempre está listo para ofrecerse a quien necesite de sus servicios publicitarios.
Obras como Fina estampa, Pipa paz, Laguna sin voz, entre otras, están realizadas sobre tela de peyón; un material utilizado en contextos escolares comúnmente empleado para realizar escenografías. De manera accidental, el artista descubrió las posibilidades de esta superficie para adecuar sus piezas a superficies que recrean las condiciones irregulares de los muros. Turón realiza uno de sus dibujos sobre peyón y, casi a la manera del fresco, trabaja en jornadas una capa de pintura en aerosol y grafito que poco a poco va dotando al material de peso y densidad, convirtiéndolo en una superficie totalmente rígida. Aunado a esto, el artista utiliza una gama de colores fluorescentes que nos remiten a las impresiones riso: rosas, verdes, azules; tonos que nos brindan una sensación de brillo artificial. Esta manera de presentar el color está vinculado al trabajo que tiene el artista como ilustrador, pues varios de sus obras y registros fotográficos de la calle han sido publicados de manera autogestiva. Por lo que esta estética de inmediatez, que recuerda a los fanzines, tiene su origen en esta otra vertiente creativa del artista.
La serie Infantiles recupera los anuncios de una peluquería que ofrece cortes para niños. Cada estilo es identificado con un adjetivo: multifacético, incorregible, consentido… Un tipo de personalidad que pareciera puede adquirirse con tan solo portar el tipo de corte. En estas obras advertimos el interés del artista en ofrecer un comentario agudo sobre el alcance de las políticas de consumo y de bienestar alojadas en las estrategias publicitarias de comercios barriales.
En su conjunto, las obras presentadas por Gibrán Turón son instantáneas de momentos de la vida cotidiana, y a la par, extracciones de una cultura visual mezclada por la publicidad vernácula. No obstante, de este gran compendio de imágenes, hay un hilo conductor que teje poco a poco una narrativa. En ella, sus personajes hablan de pequeños triunfos o de momentos en los cuales hay cierta sensación de comodidad o dicha. Esta propuesta pictórica no está interesada en representar pasados gloriosos o conquistas imperiales, como sí lo hizo la pintura académica e histórica de otros siglos.
Cuenta Gibrán Turón que cuando llegó a la Ciudad de México sufrió de un gran estrés que lo enfermó severamente. Sin dinero y sin posibilidades de acceder a servicios médicos, comenzó a identificar los momentos en los cuales más se le desencadenaba ese malestar. Poco a poco mejoró y esto le brindó una gran satisfacción. Saber que podía entender su enfermedad le brindó alivio a él y a su familia; un triunfo pequeño, un éxito humilde sin duda.
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